Señor mío aquí estoy resucitando
de tanto malestar y tanto miedo
en esta cruz en la que estoy clamando
el más triste dolor de este tiempo.
Los días y las tardes no son míos
y trato de vivirlos aún soñando
esperando que mañana sin hastío
pueda ser aquel que cosechó sembrando.
Y si todo sigue igual tendré esperanza
me pondré todos los días el deseo
de ser dueño y comprador de la confianza
y creer que es un sueño lo que veo.
18/09/09
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