Empiezo nuevamente la faena
de ver en tu mirada la alegría
de un Dios que resucita sin la pena
que a veces el pecado hizo mía.
Por eso siento fuerte en sus ojos
un don que me aliviana en mi camino
los yuyos, ramas y verdes abrojos
se llenan de frescor, flores y pinos.
Y así la vida vuélvese valiosa
el sol madura tibio mis anhelos
si crecen las espinas son en rosas
y todo resucita en este suelo.
12/01/10
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