En la bella melodía del Adviento
canta un Niño acurrucado en su pesebre
es el Dios de la inocencia y el aliento
defensor en todo mal y toda fiebre.
Y es así como amanece cada año
la esperanza de mirar esa estrella
que ilumina aquella cuna de antaño
y proclama de verdad la luz más bella.
Y así en esta noche de pastores,
de ovejas, bueyes, burros y tres magos
se disipan en mi alma los dolores
y este Niño nace en mí con sus regalos.
04/12/09
No hay comentarios:
Publicar un comentario