Quizás cuando me muera encuentre un arco iris
que desde mi ventana me lleve hasta el sol,
paseando por las nubes, los astros, los aljibes,
pintando desde el cielo el mar, la luz, la flor.
Quizás ese arco iris se eleve indefinido
en miles de colores que tú sólo verás
y el agua de la lluvia salpique aquel camino
que juntos transitamos sin mirar nunca a atrás.
Y así el cielo sereno, celeste, cristalino
dibuje el arco iris desde mi corazón
al tuyo y para siempre aquellos dos destinos
encuentren el camino que lleva hacia el Señor.
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