Estoy aquí Señor, delante tuyo,
eterno mendicante de cuidados,
mostrando los castillos que construyo
arenas de esperanza y de pecado.
De nuevo ante el Misterio omnipotente
que envuelve sin herir al que te habla,
deshecho ante el Misterio incandescente
de un Dios hecho de Pan y de Palabra.
Un Dios que me regala cada día
la rara admiración de su pobreza,
vivir en la sorpresa cada día,
felíz de haber hallado la Belleza!
Dedicada a todos los sacerdotes en el Año Sacerdotal,
como homenaje a sus luchas, a su entrega y a su fe.
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