Te he visto en las montañas más subidas
Difícil es correr por las colinas
Tus rayos refrescaban a las vidas
De gentes que viven en tus cimas.
Montañas tan hermosas y escarpadas
De flores y de césped bendecidas
Allí la sombra canta desposada
Su amor por esa vida florecida.
Y así el día vive de alabanzas
Y todo se reviste de armonía
Los ríos, ramas, tierra, como danzas
Festejan la canción de la alegría.
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