Y así volví a sentir que estaba vivo,
las venas y la sangre renacían,
un prado florecía muy altivo
y el alma revivía en la esperanza.
Entonces vi la luz del otro lado
Que fuerte empecinaba la insistencia
De entrar e iluminar por los costados
Y ver la vida estrenada de presencia.
A veces no entendí lo que pasaba
Parece que el mal ya no existiera
La gente aparecida yo la amaba
Sentí que un ave blanca me siguiera…
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