martes, 10 de agosto de 2010

POEMAS DESDE LA ABADIA

Vida


No creas que la vida es cosa fácil

Generalmente es un tramado duro

El alma es un ingeniero hábil

Si sabe colectar frutos maduros.


Es bueno cuando amaneces creyendo

El sol te resplandece en la esperanza

Y así alegre vas descubriendo

Aquel clamor que hermosamente avanza.


Por eso lo específico es rezarle

A este Dios que nace cada día

Cual sol que te ilumina en el amarle

Y hace que el crecer esté en tu vida.






Caballo blanco


Poesía es amor y no desgracias

Vivir es el sentir más agradable

No siempre se acercan las distancias

Corre y festeja tú el día amable.


No creas que siempre pasará pronto

El mal que te llegó sin esperarlo

En un caballo blanco que aún monto

Se irá él cuando al fin logre domarlo.


Y así serás un nuevo ser humano

Habrás andado por esos senderos

Que sólo Cristo tomó de tu mano

Y murió por vos como Buen Cordero.






San Benito


En ésta soledad de la Abadía,

Tomando mate cuando aún no aclara

Y siendo hoy de San Benito el día

Percibo en mí la Luz de Dios más clara.


Se sienten gallos, pájaros y cantos,

El día es del Señor y ya rezamos,

Están y corren los deseos santos

Y siento cuántas veces no le amamos.


Y aquí se ve la vida de otro modo,

El sol, el pasto, cantan melodías,

Estoy con Cristo y su Mensaje todo

Con El la vida te cambia tus días.





Cuadro estilizado


Qué hermoso es este cuadro estilizado de María

Es el más lindo visto en mi vida

Tan dulce estilizado, cual poesía…

Parece que me hablara en estos días.


El Niño tiene un rollo en su mano,

Seguro es la Palabra que da Vida,

Así su Voz me hace sentir su hermano

Y haré todo lo que su Amor me pida.


Su Madre le acurruca y sostiene

Me mira como dándome su alma,

El Niño se sonríe y me contiene,

En mí nació al verlos tierna calma.


Al Cuadro de la Virgen que está en mi pieza en la Abadía.





Hojas secas


Hoy el sol ha sido sin grises matices

Si bien fue el viento quien trajo la helada

Las hojas resecas volaron felices

Livianas, delgadas, marrones, doradas.


El día fue hermoso lleno de siluetas,

Pájaros volando pintaron el cielo,

Árboles cantando con sus tijeretas

Horneros, jilgueros, regalando vuelos.


Las nubes plateadas parecían almas

Y Dios se veía en cada paisaje,

Ya llega la noche y en ella la calma

Todo en mí ha quedado cual bello paisaje.





Grito


No me pidas Señor otra poesía

Ahora, en estos días voy rezando

Y en este Don de estar en la Abadía

Llorando a tus pies te estoy amando.


Tu Amor para mí es duro torrente

Seguirte es como ahogarme sin un vado

Correr por la playa quizás lamente

No estar en tu red para ser salvado.


De todas maneras sólo en tu silencio

Percibo de nuevo tu Amor infinito

Tú estás y en tu vida fuerte presencio

La Luz, el clamor y el dolor de ese Grito!






Crucificado


No quiero escribirte viendo tus dolores

No puedo mirarte en la Cruz clavado

Tajantes heridas de espinas sin flores

Clavos, lanza, sangre y allí Tú elevado.


No puede creerlo mi alma azorada

Tan malos hicimos de tu Luz un lazo,

Ni así tus milagros, tu piel azotada,

Fríos, duros, tiesos, tus valiosos brazos.


Corona de espinas daban tu sentencia

El Rey se moría, no había otra suerte

La Madre ponía toda su clemencia

Y el Padre lo hacía VIVIR tras la muerte.


Al Cristo de la Cruz del altar de la Abadía.






Abadía


Así al fin se dio lo imposible

Me voy a aquerenciar con estos monjes,

Ya nada me fascina en lo visible

Aunque el miedo certero lo esponje.


Me voy y volveré con el destino

Será para algún día no cercano

Paciencia y esperanza en mi camino

Desviarán los pasos que son vanos.


Y así fuera mi última estadía

También entonaría sus canciones,

Haber hallado a cristo en estos días

Fue como verlo VIVO en oraciones.





Angeles


Los ángeles parecen de estampitas

Tan dulces, humanados y felices,

Su incienso y el arpa nos invitan

A ser sólo de Dios en donde pises.


Sus alas tan delgadas y tan altas

Se suben a la aureola bellamente,

Sus caras y sus manos te resaltan

Su amor y su honor tan obediente.


Son ellos voladores tan delgados

A quien Dios manda cumplir sus tareas,

En ellos y en su cuerpo estilizado

Servir a Dios es su misión primera.


A los ángeles pintados en el presbiterio de la Abadía

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