Y así el Señor siente mi plegaria,
Como ese ciego me paro seguro,
Igual que la fe que poseen los parias
Que por el ser pobres saben de apuros.
Temo a veces ser como aquella higuera,
Prefiero el ladrón que lloró a su lado
Y allí en la Cruz con su voz sincera
A Jesús Su Vida le había “robado”.
Mudos, paralíticos, ciegos del camino
Todos encontrando un Corazón sano,
Niños, Magdalena, un Lázaro vivo
Le dieron su amor, y El su Costado…
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