sábado, 28 de agosto de 2010

Diácono

Hoy hace años me ordené de diácono,
Aún recuerdo ese Templo lleno,
Yo sólo miraba el hermoso ícono
Pues María daba en mí el sí pleno.

Mi estola blanca lucía un Cordero,
Yo ya lo sabía que esa Sangre era
Una entrega firme y amor verdadero
Y que era Vida para quien la quiera.

Todo fue la fiesta de un recién nacido
Yo tenía nuevo el Orden Sagrado
Crisma, alma, manos y un don recibido
El ser como Cristo un Pan Consagrado.


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