La vida mía, la tuya y la de tantos,
Sólo la fe hace crecer pequeños brotes
Y ella te lleva a estar con el Gran Santo.
Soledad de haber perdido a tu familia
Y ver que todos te aman, pero faltan,
Falta papá, mamá: tuyos sin comillas
Sólo más cuando ya no viven se extrañan.
Los recuerdas y te vuelves a la infancia
Y un llanto peregrino te adolece,
El silencio se convierte en su fragancia
Y la fe en tu corazón lloroso, crece!!!
Oh, bendita soledad de la Cruz! En ella, toda soledad se descubre abrasada, remidida, llenada, sólo en la misericordiosa fidelidad de una entrega hasta la muerte, la que fecunda y da sentido a nuestras soledades pequeñitas...
ResponderEliminarUn abrazo, querido Padre, y te invito a visitar mi blog de poemas compartidos.
Dios te bendiga y feliz Pascua!
Hasta cada Eucaristía...
www.augusto-poemascompartidos.blogspot.com