Pequeño, crecido y siempre sonriente
Seré siendo el mismo con otros matices
Dando al cielo gracias por ser un viviente.
Al fin en mi vida la música canta
Es cierto que siempre fui muy persuasivo
Hice lo que quise, busqué sendas santas
Aquellas que sangran al ser compasivo.
Y hoy todavía pregunto, peleo,
Es duro el camino cuando sólo hay yuyos,
Pero siempre vela una luz que veo
Y le rezo a Cristo:” seré siempre tuyo”.
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