Cordero Inmaculado, de sangre recubierto,
Tus ojos me derraman las lágrimas más tristes,
Estás allí muriendo, tendido y sangriento
Tu boca enmudecida, tus ojos ya no existen.
Tan grande mi pecado que mató un Cordero
qué hiciste para darte el golpe más terrible?
y en esa estocada de puños tan certeros
la sangre derramada se hacía más visible.
Oh Cordero amado, tan bueno, tan callado
Ya estás arrodillado de suerte descarnada,
Yo se que resucitas brillante y consolado
Te veo blanco, entero, por gloria más brillada…
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