He mirado que tu boca sonreía
Que tus ojos me miraban palpitantes
Allá lejos una red y el mar veía
Y una barca en la que eras navegante.
Y tu pelo jugueteaba con el viento
Y tus pies se salpicaban en el agua
Esa arena y ese sol que aún presiento
Me quemaban en el mar como una fragua.
Jesús mío hoy te di mi sí certero
Me parezco a aquel joven principiante
Te doy todo y me siento en tu velero
Soy tu siervo y tu Señor mi comandante.
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